Español In the 1970s and ’80s, the smell of piña coladas wafted through the ocean breeze at every U.S. beach. In the summers before the invention of spray-canned sunscreen, my friends and I basted ourselves with tropical-fruit-scented tanning oils in a quest for the perfect tan. We felt smugly confident we were responsibly protecting our skin from the sun’s harmful rays. After all, our Hawaiian Tropic bottles boasted a sun protection factor (SPF) of 2. You don’t have to look too closely at the Polaroid pictures from this time to see that we were effectively and efficiently deep-frying ourselves in…
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English En los setentas y ochentas, el aroma de piñas coladas flotaba en la brisa marina en todas las playas de EE.UU. Durante los veranos, antes del invento de protectores solares en latas de aerosol, mis amigas y yo nos bañábamos en aceites con esencias de frutas tropicales en búsqueda de un bronceado perfecto. Estábamos sumamente seguras de que protegíamos nuestras pieles responsablemente contra los peligrosos rayos del sol. Después de todo, los frascos de Hawaiian Tropic alardeaban un factor de protección solar (FPS) de 2. No tienes que ver las fotos Polaroid tan de cerca para ver que estábamos…